Existe un Día Internacional de la Cerveza y se celebra el primer viernes de agosto. En Argentina, se designó el 31 de mayo.

Esta jornada surgió por iniciativa de miles de usuarios de internet, que buscaron destacar a una de las bebidas con mayor consumo en el país. Mediante un informe de Cerveceros Argentinos, se dio a conocer que en Argentina se consumen 45 litros de cerveza per cápita al año.
Según los historiadores, la primera vez que se desarrolló fue por los antiguos pueblos de los elamitas, egipcios y sumerios. Otros, en cambio, la asocian en lo que hoy es Irán junto con la aparición del pan en el año 10.000 a.C.
En las recetas más antiguas, se elaboraban mediante panes de cebada que estaban poco cocidos y se dejaban fermentar en agua. Sin embargo, hoy se realiza a base de cebada, agua, levaduras, maltas y el lúpulo. Este último ingrediente es el responsable del gusto amargo que a veces disgusta a quienes la prueban por primera vez.
Sean rubias, rojas, negras, esta bebida siempre se toma fría y en los locales que se dedican especialmente a este producto pueden ofrecer hasta más de 30 canillas diferentes.
Mediante un informe de Cerveceros Argentinos, se dio a conocer que en Argentina, el consumo promedio de cerveza se sitúa entre 41 y 43 litros por persona al año. Esto representa aproximadamente el 50% del consumo total de bebidas alcohólicas en el país, superando al vino y a las bebidas espirituosas y la variedad más elegida por los ciudadanos es la “lager”.
Los comienzos en Argentina
Hacia finales del siglo XIX, la cerveza era considerada como un lujo extremo en el país, ya que Argentina es considerado un país vinícola. Todo comenzó junto a la ola migratoria, que creó una gran demanda de esta bebida y rápidamente los empresarios extranjeros encontraron la veta.
Según cuenta el sitio Cerveza Argentina, la primera fábrica nacional la creó Thomas Stuart en lo que hoy es el barrio porteño de Retiro en 1738, llamada “Zerveza”, que además de fabricarla, vendía insumos para la producción.
Un poco más adelante, en 1888, Otto Bemberg fundó la histórica Quilmes, en un lugar clave para su fabricación por la calidad del agua y la cercanía con las estaciones de trenes.
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