Por falta de fondos, aumentó la morosidad en los pagos

En abril, se incrementaron las deudas en préstamos personales, las chequeras rechazadas y los saldos vencidos en tarjetas.

La cantidad de cheques rechazados por falta de fondos alcanzó, en abril, su máximo nivel desde la pandemia, con un total de 64.244 rebotados. La situación para el pequeño empresario o cuentapropista es delicada, se asemeja con la peor crisis sanitaria y económica en la historia de la humanidad, después de la Gran Depresión de 1930.

El Gobierno nacional no toma acuse de este problema que se volvió una pesadilla cotidiana para muchos argentinos. En el cuarto mes del año, también aumentaron la morosidad en los préstamos personales y los saldos vencidos en el pago de tarjetas de crédito.

“Esta escalada en los rechazos por falta de fondos en los últimos meses es un signo más de la recuperación económica fragmentada que atraviesa el país. Al igual que sucede con el consumo, un sector creciente de la población enfrenta dificultades para cumplir con las deudas que asume”, señalaron desde el Instituto Argentina Grande (IAG), respecto a las estadísticas oficiales que publicó el Banco Central.

El rechazo de cheques en igual proporción que durante la pandemia revelan una situación crítica y poco usual en los ingresos de empresarios y pymes: están al límite porque “no venden”, explican. La capacidad de consumo de individuos y familias también cayó y con ello el tamaño del mercado interno.

Sólo en algunos rubros puntuales se observa una recuperación: electrodomésticos y automóviles, por ejemplo. Es decir, productos de gama media-alta, que demandan los beneficiados por altos salarios en dólares. Una economía fragmentada, como aclaran desde IAG.

Según publicó esta semana el diario estadounidense con sede local, Bloomberg, los saldos vencidos en el pago de tarjetas de crédito alcanzaron su pico más alto en tres años: un total de 2,8 por ciento. El número refleja la tensión que atraviesa la cadena de pagos.

La morosidad en los préstamos personales también se incrementó de forma sostenida hasta llegar al nivel más alto en los últimos nueve meses, según el artículo basado en datos de la autoridad monetaria argentina.

Muchas familias están endeudadas sin poder hacer frente a sus obligaciones. Cuando el problema es generalizado la respuesta debe buscarse por fuera: es el modelo de Milei el que lleva a condiciones de vida más pobres o magras a un conjunto de la población. Cobrar para pagar los gastos fijos, endeudarse para el resto, y otra vez el ciclo vicioso de no poder pagar las deudas. Los costos fijos como el alquiler y las tarifas de los servicios públicos esenciales se llevan el grueso de los ingresos.

En la gestión de la Libertad Avanza sobran argentinos y argentinas de clase media, que sufren una caída real del poder adquisitivo, y del segmento media-baja, con muchas dificultades para sostener el empleo. Sobran especialmente los pequeños empresarios cuya actividad depende del mercado interno y deben soportar el peso de la competencia de productos importados. Sobran también los empleados públicos y sigue la lista.

El último informe con datos lapidarios presentado por el Banco Central fue publicado en este diario, donde se cita la información de los créditos no bancarios. Según un estudio de EcoGo la morosidad “es alta”, llegando al 10,4 por ciento. Además, el 70 por ciento de las entidades relevadas por la consultora mostraron un aumento en sus casos de irregularidad.

En relación a la masa salarial, los hogares tienen una deuda equivalente a entre 20 y 30 por ciento de sus ingresos mensuales, afirma el reporte. Un dato alarmante y es difícil pensar en condiciones que ofrezca la economía actualmente.

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