26 abril, 2024

Caso Rafael Olivera: investigan si el asesinato se dio en medio de un ritual

En la garganta y en la nariz de la víctima hallaron restos de jabón en polvo que -se estima- fueron introducidos a la fuerza. Tenía una muñeca atravesada con un clavo.

El avance de las investigaciones por el crimen de Rafael Olivera (70), ocurrido el domingo en el barrio Henter, de Montecarlo, expuso durante las últimas horas varios detalles más que escalofriantes en torno a las posibles circunstancias del hecho.

Desde un clavo que atravesó la mano derecha de la víctima hasta la ingesta a la fuerza de una abundante cantidad de jabón en polvo mezclado con hojas de tabaco son algunos de los aspectos que más llamaron la atención de las pesquisas involucradas en el caso.

Ello, sumado a que tanto el rostro como gran parte del cuerpo del hombre estaban cubiertos por una importante capa del mencionado polvo para lavar, constituyen elementos que llevan a pensar que la principal sospechosa que tiene el caso, Orlinda “Chamaca” A. D. M. (50), habría desarrollado una especie de ritual al momento del ataque en casa de Olivera, con quien se sabe que desde hacía tiempo solía compartir rondas de tragos.

La implicancia de la mujer en el caso se sostiene en base a la declaración testimonial de cuatro personas que la ubicaron en la casa de la víctima horas antes de conocerse el hecho.

Entre ellos se encuentra Victoriano Olivera (51), hijo del fallecido, quien el sábado por la noche vio a la mujer junto a su padre al momento de irse a dormir y al despertarse a la mañana siguiente se topó con la cruel escena.

Sobre la causa de muerte de la víctima, las fuentes añadieron que por el momento se habla de un paro cardiorrespiratorio que se dio por una intoxicación que Olivera habría tenido tras la ingesta abrupta de gran cantidad de jabón en polvo. Incluso, el paquete -que habría sido tomado del lavadero- fue encontrado a metros del cadáver.

En este contexto, el examen preliminar de la autopsia estableció que el hombre tenía dicho material en la tráquea, garganta y en las vías respiratorias.

El estudio forense también estableció que Olivera presentaba un fuerte golpe que lesionó la nariz y en la frente, como así también un clavo pequeño que atravesó su muñeca derecha.

Para los investigadores, estas graves lesiones fueron provocadas cuando el dueño de casa aún estaba con vida y por estas horas es clave conocerse los resultados de los estudios toxicológicos para avanzar en el caso.

Principalmente porque con ellos se sabrá cuánta cantidad de alcohol tenía la víctima en su cuerpo y si fue a raíz de ello que pudo haber estado en un estado de total indefensión que le facilitó al agresor la introducción de semejante cantidad de jabón en su cuerpo.

La concubina y el hijo de la víctima, recorriendo la escena del crimen. 

Discusión casi descartada
Una de las hipótesis que se manejó en un principio refería a una supuesta pelea que el dueño de casa y Chamaca habrían mantenido el domingo a la madrugada.
Sin embargo, según indicaron los uniformados que procedieron a la detención de la sospechosa esa misma siesta de domingo en su casa del barrio Horizonte, de Montecarlo, no se detectaron a simple vista en su cuerpo signos de violencia. Tampoco arañazos o señales de algún tipo de enfrentamiento que pudo haber tenido con el hombre.
Esto último también surgió en torno a una versión que indicaba que la mujer habría atacado a Olivera luego de un presunto intento de abuso sexual.
De todas maneras, y para descartar cualquier duda en el caso, el titular del Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico, Manuel Balanda Gómez, solicitó que se extraigan muestras de ADN tanto a la víctima como a la detenida. La intención es buscar rastros genéticos en las uñas de ambos. 

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